Decidido a adentrarme en el mundo audiovisual dejé atrás Alcoy (Alicante) para comenzar un grado medio de imagen y sonido en Santiago de Compostela con apenas 20 años. 2 años después llegó la primera oportunidad; una beca Erasmus en Verona (Italia) de 3 meses en un estudio fotográfico especializado en danza.
 Cuando comprobé que se me erizaba la piel con cada movimiento, que la energía del ambiente me hacía temblar de emoción, y que tras 10 horas de trabajo con un equipo de 5 kilos en el cuello volvía a casa con una sonrisa, supe que había encontrado mi sitio en el mundo. Por ello decidí seguir ampliando mis estudios con un grado superior en iluminación, captación y tratamiento de la imagen.

Desde entonces, me he dedicado a observar, preguntar y aprender.

La ilusión del primer día, la humildad y mis ganas de captar la mejor versión de la persona que tengo delante, han traído consigo experiencia con diversas escuelas de danza, clubs de gimnasia rítmica, competiciones locales, provinciales y nacionales, federaciones deportivas y campeonatos internacionales. 
Pero sobre todo, muchas alegrías.
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